Sobre la publicidad
Antes de comenzar me gustaría dejar claro que la siguiente entrada no va en contra de ninguna empresa concreta ni pretende enseñar a nadie cómo vender sus productos. Tan solo es una humilde opinión. La semana pasada estaba dando un paseo por el Salón del Cómic de Barcelona y me acerqué al stand de Media3. Aunque está previsto que se ponga a la venta dentro de unos meses, ya se podía ver el póster de la edición española de Nicky la Aprendiz de Bruja, película de imagen real que se estrenó en Japón este mismo año. Decidí dar difusión a la imagen y la subí a Twitter. Cual fue mi sorpresa cuando a raíz de esa imagen se inició un interesante debate sobre cómo publicitar y si todo vale con tal de ganar dinero. Como no estaba muy pendiente de las redes sociales, apenas pude participar. Este texto tan solo pretende, con un poco de retraso, exponer mis argumentos.
¿Vale todo con tal de vender?
Una empresa –la que sea– consigue los derechos de explotación de un producto y se dispone a promocionarla para que la mayor cantidad de personas lo consuman. Normalmente, la licencia ha costado (mucho) dinero, por lo que como empresario te interesa sacar la máxima rentabilidad en el menor tiempo posible. Quieres que la gente conozca tu producto y decida gastarse su dinero en él. ¿Vale todo con tal de venderlo? ¿Vale llegar al extremo de mentir a la gente para que tenga una idea distorsionada de lo que está comprando? Este fue uno de los argumentos que se discutió en Twitter. Se enfocó desde diferentes puntos de vista, desde el ángulo del empresario y del comprador. ¿Qué os parece a vosotros? ¿Estaríais dispuestos a engañar, desinformar a alguien con tal de vender algo?1
Desinformación
Una de las bazas con las que se juega es la desinformación de la gran mayoría de los posibles clientes. Y lo digo en el buen sentido. Uno puede estar muy puesto en algunos temas, pero por varias razones –tiempo, ganas– no puede estar al día de todo. Hay noticias que para algunos son novedades aunque en realidad hace meses que se han anunciado. Aquellos que estén bien informados sobre un tema no caerán en la “trampa” de estas frases promocionales. De hecho, lo más seguro es que la decisión de comprarse (o no) ese producto, se haya tomado antes, por lo que no serán ellos el objetivo principal. En cambio, para los aficionados que no estén al día o los compradores ocasionales una frase determinada puede decantar la balanza de un lado u otro. Pero, si con el tiempo se enteran de que esa frase no es del todo cierta ¿cómo reaccionarán? ¿Volverán a confiar en esa empresa? ¿Qué haríais vosotros?
¿Realmente se vende más?
La respuesta rápida es afirmativa. Seguramente mucha gente se ha comprado una película determinada porque ha sido producida por su director preferido. También ha habido ocasiones en las que se le ha dado un protagonismo exagerado a una persona relevante (quien no recuerda la cantidad de películas en las que ha participado Katsuhiro Otomo –el director de Akira– cuando en realidad no ha tenido nada que ver en el proyecto) o se ha aprovechado el parentesco de algún miembro del equipo creativo para colar el título de una película famosa (“De los productores de Matrix”). Pero, ¿el espectador cae sistemáticamente en estos trucos? ¿Creéis que a la larga es beneficioso para las empresas promocionar de esta manera?2
De lo abstracto a lo concreto
Ya que hemos empezado hablando de la película de imagen real de Nicky la Aprendiz de Bruja, he pensado que lo mejor será usarla como ejemplo práctico. La frase promocional que ha usado Media3 –al menos la que se pudo ver en el cartel del stand del Salón del Cómic– rezaba “Basado en el clásico de Hayao Miyazaki”. La realidad es que la película de Miyazaki está basada en una novela escrita por Eiko Kadono. Aunque la obra de Miyazaki difiera de la novela original, la versión de imagen real no está inspirada en la obra de Miyazaki. Por otra parte, esta adaptación –por lo que he podido ver en el tráiler– cambia con respecto a la película de animación y –supongo– con respecto a la novela, sobre todo al final. Las razones por las que se ha elegido incluir esa frase promocional son obvios: el nombre de un famoso director de animación japonés llamará la atención de muchas más personas y cuantas más vean tu producto más posibilidades tienes de venderlo. La pregunta es fácil, ¿había alguna otra opción para promocionar el producto sin destorsionar la verdad? Como he avisado al principio, con este texto no se pretende atacar a nadie sino debatir sobre sobre la forma de promocionar de las empresas. Siendo aficionado al cómic y la animación japonesa me he encontrado desde siempre con situaciones similares: “de los creadores de…”, “de los productores de…”, “la obra que inspiró a…”. Seguro que esto mismo se puede aplicar a otros muchos sectores: literatura, videojuegos…
Vuestra opinión
¿Y a vosotros, qué os parece? ¿Os informáis antes de comprar un producto u os dejáis llevar por el trabajo de promoción de las empresas? ¿Alguna vez os habéis sentido engañados tras comprar un producto por una determinada frase promocional? ¿Cuál ha sido vuestra reacción? Si os interesa, tenéis a vuestra disposición los comentarios de esta entrada, Facebook o Twitter.
1 A más de uno pueda sonar muy ingenuo este argumento, pero os invito a que le déis la vuelta. ¿No es un poco triste que hayamos llegado al punto de esperar que nos mientan y nos engañen en lugar de todo lo contrario?↩
2 Fijaos que en ningún momento hablo de ética, porque doy por hecho que una empresa medio grande hace tiempo que la perdió en beneficio del dinero.↩
Otra del mismo tipo: para anunciar/vender la película “Divergente” en cines, se puede leer la frase: ” en la línea de “Los Juegos del Hambre”. No me gusta este tipo de publicidad, ya que, encasilla, clasifica y predispone y, en ocasiones no tiene nada que ver.
Con Miyazaki, hace años pasó algo similar cuando le llamaban “el Walt Disney japonés”…
Hi Don Ackman, estoy completamente de acuerdo con lo que expone, pero :P, quiero salir en defensa de los distribuidores de la película live action de Kiki ya que creo que son y no son culpables del cargo que se les acusa :P. Sí, es cierto que se aprovechan de la popularidad de Don Hayao pero en mi opinión, creo que en cierta forma está bien usado el “basada en el clásico de Hayao Miyazaki” ya que, sin tener pruebas de lo que diré, yo creo que la película sí se hizo gracias a la polularidad de la película de Miyazaki más allá de que el Maestro se halla basado en la obra original de la señora Eiko Kadono. Claro, yo no se que tan conocida y querida sea la obra original en Japón, pero desde mi ignorancia me inclino a creer que sin la película animada no existiría la película live action :).
Eso Don ackman, abrazote estrangulador a todos…
Costy.
PD: Se que si se basaran en la película de Miyazaki de todas maneras se estarían basando en la obra de Eiko Kadono.
Estoy en contra de estas “técnicas” de marketing, son pura publicidad engañosa que, si la empresa usa de forma reiterada, podría perder credibilidad ante sus posibles clientes.
Era fácil nombrar a Miyazaki en la frase promocional sin faltar a la verdad.
Saludos.